Esa alianza política entre Elon Musk y el presidente electo Donald Trump podría dar un impulso significativo a la apuesta del magnate tecnológico y CEO de Tesla por un futuro en el que la gente viaje en vehículos robot sin nadie detrás del volante.
Musk expresa a menudo su visión de las carreteras estadounidenses dominadas por vehículos robot autónomos, diciendo que ve la autonomía como la principal fuente de valor de su empresa, a pesar de múltiples investigaciones y registros de seguridad irregulares de la tecnología de su empresa.
El mes pasado, Musk anunció planes para el Tesla Cybercab, un nuevo vehículo que no tendría volante en absoluto, describiéndolo como un salón sobre ruedas de 30.000 dólares que llevaría a la gente cómodamente a sus destinos cuando se lance en algún momento de los próximos años.
En este momento, hay un gran obstáculo para las ambiciones de conducción autónoma de Musk: los reguladores federales de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras han dudado en trazar un camino para aprobar la próxima generación de vehículos robóticos. Pero ahora que Musk está firmemente en el círculo íntimo de Trump, el multimillonario está en una posición más fuerte para influir en el desarrollo de normas federales que pondrían más autos en las calles, un enfoque que propuso en una reciente llamada con analistas financieros.
Una presidencia de Trump permite que el camino regulatorio sea “más manejable”, dijo Gene Munster, socio gerente de Deepwater Asset Management. “Donde antes, era simplemente un obstáculo total”.
Musk, quien celebró la victoria de Trump en Mar-a-Lago con otros donantes ricos el martes por la noche, fue un destacado representante de Trump en la campaña electoral, y ahora está listo para ser una figura influyente del Partido Republicano que tiene el oído -y la admiración- del presidente electo. Trump le ha prometido a Musk, uno de sus mayores donantes, un papel en su administración para liderar un nuevo grupo de trabajo de “eficiencia” para recortar el gasto y reformar el gobierno federal.
Musk no ha ocultado cómo la comisión podría ayudar a su negocio: “Debería haber un proceso de aprobación federal para los vehículos autónomos”, dijo Musk en un anuncio sobre las ganancias de Tesla el 23 de octubre. “Si hay un Departamento de Eficiencia Gubernamental, trataré de ayudar a que eso suceda”.
El precio de las acciones de Tesla se disparó después de la victoria de Trump, una señal de que los inversores están de acuerdo en que el nuevo presidente será bueno para la empresa. Las acciones de la empresa son una fuente importante de la riqueza de 290.000 millones de dólares de Musk, una suma que Forbes estimó que aumentó más de 20.000 millones de dólares esta semana.