Más de 90 muertos es el resultado de estas temperaturas extremadamente bajas.

Las áreas afectadas incluyen ciudades emblemáticas como Nueva York, Chicago, Denver y partes de California, donde los termómetros han caído a niveles sorprendentemente bajos. Los residentes se están enfrentando a condiciones meteorológicas desafiantes, con vientos helados que hacen que las sensaciones térmicas sean aún más bajas de lo registrado en los termómetros.

Las autoridades advierten sobre la posibilidad de ráfagas de viento extremadamente fuertes y tormentas de nieve en varias regiones, lo que podría complicar aún más la situación. Se insta a la población a tomar precauciones adicionales, como limitar el tiempo al aire libre, usar capas de ropa y asegurarse de que los sistemas de calefacción estén en buen estado de funcionamiento.

Esta ola de frío polar ha llevado a un aumento en la demanda de servicios de emergencia, destacando la importancia de la solidaridad y la preparación comunitaria en momentos de crisis. Mientras Estados Unidos enfrenta este desafío invernal, la prioridad es la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.