Después de años de continuos fracasos y accidentes desde el éxito del Boeing X-51 Waverider en 2013 — el primer misil hipersónico del mundo — el Ejército de los Estados Unidos ha lanzado una nueva arma que vuela a cinco veces la velocidad del sonido. Es un paso más en una carrera encarnizada por conseguir misiles crucero imposibles de derribar entre Estados Unidos, Rusia y China.
Se llama HAWC — Hypersonic Air-breathing Weapon Concept o concepto de arma hipersónica que combustión aérea — y sus creadores dicen que ha sido una ‘demostración de la capacidad que hará de los misiles de crucero hipersónicos una herramienta efectiva’ para el ejército. Un éxito que llega después de numerosos problemas y test fallidos.
Cómo funciona
HAWC todavía no está en fase de producción: es un prototipo desarrollado por las compañías de defensa Raytheon y Northrop Grumman a las órdenes de la agencia de proyectos de investigación avanzada para la defensa (DARPA en sus siglas en inglés) del Pentágono. Pero aparentemente está ya operativo y será la base del misil final.
Como explica DARPA, el misil se lanzó desde el ala de un avión como un misil crucero cualquiera, utilizando un motor de cohete convencional construido por Raytheon que lo aceleró a la velocidad del sonido en unos segundos.
En ese momento se activó el ‘scramjet’ desarrollado por Northrop Grumman. El scramjet es un motor que comprime el aire de la atmósfera como combustible. Cuando el misil llega a Mach 1, el aire que entra por la boca del scramjet se comprime de tal manera que alimenta al motor, que cada vez acelera más rápido hasta alcanzar Mach 5 (cinco veces la velocidad del sonido).
Eso son 6.200 kilómetros por hora a baja altura, donde las condiciones de concentración de oxígeno son óptimas para su velocidad y maniobrabilidad, afirma DARPA. Eso son 1,7 kilómetros por segundo, una velocidad que lo hace imbatible por cualquier defensa enemiga inventada por ahora.
Con esta información no es de extrañar que las Naciones Unidas hayan altertado que nos encontramos hoy mucho más cerca del temido apocalipsis nuclear que hace una década. A este paso, Novaceno va a terminar cambiando de nombre a Distopiaceno.