Esta intervención se realizó en Metrofraternidad. La madre y la bebé, oriundas de Manabí, recibieron el apoyo económico de la fundación y del Hospital Metropolitano de Quito.

Más de 15 especialistas nacionales e internacionales participaron en la cirugía que se realizó dentro del útero materno a una bebé de 25 semanas de gestación, con diagnóstico de espina bífida.

La intervención quirúrgica, que duró alrededor de cinco horas, permitió corregir la espina bífida de la bebé.

Esta condición es una malformación del tubo neural debido a una falta de cierre de la columna vertebral y los tejidos que se superponen.

Esto ocasiona que la médula espinal quede expuesta y sufra daños que afectarán la salud de la niña. Según su tamaño y ubicación en la columna, puede provocar daños permanentes en el sistema nervioso de la bebé, por lo que podría sobrellevar varias cirugías en sus primeros años de vida.

Sin embargo, cuando la cirugía se hace en el momento preciso – dentro del útero materno- hay una gran posibilidad de cerrar las capas de tejido (músculo y piel), cubriendo la médula espinal.

Con esto se evita que los bebés queden parapléjicos, desarrollen hidrocefalia, entre otras condiciones, señala la fundación en un comunicado.

El caso fue detectado en un chequeo de rutina que Mayra, madre de la bebé, se realizó en Manabí.

Luego de consultar con varios médicos, la mujer viajó a Quito para realizarse exámenes en donde le confirmaron el diagnóstico. En la capital fue referida a la Unidad de Metromedicina Fetal del Hospital Metropolitano.

La doctora Diana Cañizares, experta en medicina materno fetal, explicó que gran parte del éxito de este tipo de cirugías consiste en tener un diagnóstico acertado.

En la Unidad de Metromedicina Fetal se determinó que se trataba de un caso de espina bífida de tipo mielomeningocele y partir de allí se organizó el plan quirúrgico.

Dentro de este plan se encontraban especialistas nacionales internacionales liderados por la doctora María Belén Nieto, cirujana fetal de Ecuador, y el doctor Jorge Gutiérrez, cirujano fetal de Colombia.

Junto a ellos intervino un equipo de más de 15 especialistas en cirugía fetal, neurocirugía pediátrica, anestesiología, enfermería e instrumentación quirúrgica.

La información detalla que, según estudios científicos publicados, la corrección de la espina bífida a través de una cirugía intrauterina puede realizarse, como máximo, hasta la semana 26 de gestación.

Esto antes de que el líquido amniótico comience a generar daños químicos en la médula espinal expuesta y que la propia bebé, con sus movimientos naturales dentro del útero, afecte los nervios expuestos.

En el caso de la bebé de Mayra, Ailana Victoria, la detección diagnóstico se realizó en la semana 23 de embarazo y la cirugía se practicó en la semana 25.

Cirugía compleja

La complejidad de esta cirugía se basa en que los médicos deben efectuar un corte similar al de una cesárea para sacar el útero de la madre, realizar una ecografía para encontrar en qué posición está la bebé y ubicarlo de tal manera que, al momento de hacer la incisión en el útero, la lesión esté justamente en el centro de la apertura.

El líquido amniótico es extraído y almacenado para que los neurocirujanos fetales puedan operar y cubrir el área de la médula expuesta.

Al finalizar, se vuelve a colocar el líquido amniótico, se suturan todas las incisiones y se inserta nuevamente el útero en el vientre de la madre para que el embarazo pueda continuar su normal desarrollo.

Esta cirugía es el primer paso en la recuperación de Ailana, que inicia el día de su nacimiento con rehabilitación fisioterapia.

Tras la intervención, la bebé llegará como la cuarta hermana del matrimonio conformado por Mayra y Giovanni, una familia de escasos recursos de Portoviejo.