Al principio, nadie se dio cuenta de que el agua golpeaba con furia la orilla del río. La familia de Reena Bhalekar dormía a pierna suelta, mientras la lluvia golpeaba de madrugada la lona de su refugio. “El agua subía muy lentamente”, recuerda la joven de 26 años. “Mi hermana ni siquiera se dio cuenta de que el agua había entrado en su casa.”

Entonces, un grito desgarrador procedente de algún lugar cercano rompió el silencio. Reena se apresuró a salir y se dio cuenta de que el río había crecido de forma espectacular durante la noche y había llegado a su barriada en Chetru, un pequeña aldea en las afueras de Dharamshala, en el Himalaya indio.

Los asentamientos situados más abajo ya estaban a unos 30 centímetros bajo el agua. La carretera que salía del asentamiento estaba inundada y la familia tuvo que abandonar sus pertenencias y subir a una colina densamente arbolada para ponerse a salvo.

La inundación, que tuvo lugar en julio, causó estragos en todo el distrito, dañando propiedades y provocando un desprendimiento de tierra, en el que murieron once personas. Fue uno de los 35 que se produjeron en el estado de Himachal Pradesh, durante las primeras seis semanas de la temporada de monzones en India. Esto supuso un aumento del 116 por ciento en los incidentes de desprendimiento de tierras, en comparación con el año anterior.

Las aldeas del Himalaya, como Chetru, se encuentran en una región conocida como el “tercer polo” del planeta debido a su vasta capa de hielo, que contiene la mayor cantidad de agua congelada fuera de los casquetes polares. Los científicos advierten que la región se enfrentará a un rápido derretimiento de los glaciares y a patrones de precipitación cada vez más erráticos en el próximo siglo, por causa del cambio climático.