La viceministra ucraniana de Defensa anunció que la totalidad de la región de Kiev estaba «libre del asedio y la ocupación de Rusia» y que sus efectivos habían sido expulsados de Irpín, Hostomel y Bucha, ciudades al noroeste de la capital.
La provincia de Kiev quedó totalmente liberada de la ocupación de tropas rusas este 3 de abril, pero las imágenes de decenas de cadáveres de civiles maniatados en la ciudad de Bucha conmocionaron a Ucrania, cuyo gobierno y parte de la comunidad internacional denunciaron crímenes de guerra.
El Ejército ucraniano asumió el control de Bucha el sábado, cuando se difundieron las primeras imágenes de esa localidad residencial de unos 42.000 habitantes antes de la guerra. Hoy es una ciudad-fantasma, con casi todas sus viviendas e infraestructuras destruidas y cadáveres de civiles maniatados por las calles.
Maniatados y desarmados
El alcalde de Bucha, Anatoly Fedoruk, estimó más de 300 muertos en el conteo preliminar en esa localidad, aunque se esperan más, y dijo que muchos de estos cuerpos estaban maniatados y otros llevaban trozos de tela blancos para indicar que estaban desarmados, por lo que calificó sus muertes como «fusilamiento».
«Algunos estaban tirados en la acera, otros al lado de un coche o de una bicicleta,» afirmó en un video difundido por Facebook, en el que contó que 280 cadáveres habían sido enterrados ya en una fosa común.
Hasta el mediodía de ayer, la fiscalía general de Ucrania cifró en 410 el número de cadáveres de civiles recuperados hasta ese momento en los suburbios del norte de Kiev.
Tanto el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, como el alcalde de Kiev, Vitali Klitschkó, se han apresurado a calificar estas presuntas ejecuciones sumarias de civiles como «genocidio».
Negativa rusa
Sin embargo, Rusia negó que sus tropas hayan asesinado a civiles en Bucha y sostiene que «todas las fotos y videos publicados por el régimen de Kiev, que supuestamente dan testimonio de algún tipo de crimen por parte del personal militar ruso, son otra provocación».