Kiev lo hace en respuesta por los aviones no tripulados de fabricación iraní que atacaron centrales eléctricas. Se preparan drones suicidas en Ucrania.

Rusia atacó este lunes el centro de la capital ucraniana, Kiev, con drones kamikaze iraníes que destruyeron edificios de vivienda. No es la primera vez que Moscú usa la tecnología Shahed que fabrica Teherán: lo hizo la semana pasada cuando decidió ir contra infraestructuras críticas del país vecino, como las centrales eléctricas. Entonces Vladimir Putin había ordenado un ataque con misiles y drones sobre Kiev y otras ciudades como Zaporiyia, Dnipro y Lviv, que dejaron al menos 20 muertos. El presidente ruso dijo que era en respuesta a la voladura del puente de Crimea unos días antes.

El presidente ruso, Vladimir Putin, había expresado “Ahora tenemos otros objetivos”, aseguró después de aclarar que no buscaba “aniquilar” a Ucrania. Con el ataque de este lunes, unas tres personas murieron en la capital y miles de personas han quedado sin electricidad en Kiev y las regiones de Sumy y Dnipropetrovsk, según informó el primer ministro ucraniano Denys Shmyhal. Otros movimientos también generan dudas sobre los próximos pasos de Moscú.

Un contingente de equipos de defensa antiaérea recibirá Ucrania en las próximas horas. El gobierno de Zelenski lleva meses presionando a Estados Unidos y a los países europeos para que se los proporcionen.

El servicio estatal de emergencias ucraniano advertía de una “alta probabilidad de ataques con misiles” y aconsejaba a los ciudadanos que se dirigieran a los refugios antiaéreos y permanecieran en ellos. Muchos habitantes, acostumbrados a esas alarmas tras siete meses de guerra, siguieron paseando por los paseos jalonados de árboles del parque y disfrutando de sus vistas al mar Negro, mientras otros se dirigían a un lugar seguro.