Mayra Salazar, una de las 39 procesadas en el caso Metástasis, no dio su testimonio debido a preocupaciones por su seguridad.

El pasado viernes 16 de febrero del 2024, Mayra Salazar tenía programado dar su testimonio ante el fiscal delegado Jefferson Aquieta en relación a la acusación de presunta delincuencia organizada por parte de la Fiscalía. Sin embargo, decidió no hacerlo en el último momento debido a preocupaciones por su seguridad. Ante el fiscal, Salazar afirmó: “He recibido todo tipo de amenazas contra mi vida”.

La acusada en el caso Metástasis expresó preocupación por su seguridad durante una diligencia judicial, indicando que temía por su vida debido a la presencia de otras personas procesadas en el mismo pabellón. Posteriormente, se mantuvo en silencio y su abogado entregó un sobre cerrado que contiene una agenda con manuscritos. El sobre fue sometido a pericias en el laboratorio de criminalística.

La funcionaria judicial de la provincia del Guayas mantenía contacto directo con Leandro Norero y aparentemente tenía una relación sentimental con él, según conversaciones halladas en el celular del narcotraficante. Se sugiere que colaboraba desde el ámbito administrativo, facilitando escenarios para los fines de impunidad de la organización criminal.

La Fiscalía General del Estado explicó que Mayra negociaba directamente con jueces encargados de casos relacionados con Leandro Norero, e incluso manipulaba el sistema de sorteos para que los procesos recayeran en los jueces “suicidas” de la Corte de Cotopaxi. Además, se señala que la procesada era una reconocida comunicadora, tenía una fundación y había trabajado en el Parlamento Andino y la Corte Nacional de Justicia del Guayas. Actualmente, se encuentra detenida en la cárcel de Chillogallo, en el sur de Quito.