Es considerada como la acompañante de las personas que se encuentran en prisión.

La Santa Muerte, objeto de temor para algunos y objeto de devoción para otros, tiene un lugar destacado en la habitación de Rosana (nombre protegido). La estatua se encuentra colocada sobre una cómoda, rodeada de velas y decorada con varios artículos.

Según Íder España, otro creyente que salió de prisión hace más de seis meses, la Santa Muerte era venerada por la mayoría de sus compañeros de celda. Explicó que sus amigos le rinden homenaje y tributo mediante altares improvisados, rezándole una oración para solicitar, entre otras cosas, la pronta liberación de las celdas y la recuperación de la tan ansiada libertad.