El estado de excepción, decretado por el presidente Guillermo Lasso, no ha frenó las operaciones ni los ataques de las mafias en las calles. Tampoco lo hizo dentro de la Penitenciaría de Guayaquil. Continúan los ataques y disputas de territorio que afectan al país.

Por el contrario, las bandas retomaron los atentados con explosivos y agresiones en contra de policías y militares.

Hasta las 15:00 del jueves 3 de noviembre de 2022, el Sistema Carcelario del país (SNAI) informó que dos presos fueron asesinados y otros seis resultaron heridos por miembros de otras bandas enemigas. En cambio, en la fuerza pública el saldo fue de nueve policías y tres militares heridos.

El Gobierno anunció que en los tres días de estado de excepción en Guayas y Esmeraldas ya se ha detenido a 69 personas. 43 sospechosos fueron capturados en Guayaquil. En esa ciudad se realizó la mayor cantidad de operativos en las calles y barrios peligrosos.

La Policía movilizó a 1 300 policías en todo el perímetro de la Penitenciaría del Litoral. En cambio, Fuerzas Armadas realizan, con más de 5 000 hombres, todo el resguardo de la urbe porteña.

Internos de la Penitenciaría se amotinaron y hubo dos fallecidos

La Penitenciaría del Litoral nuevamente se convirtió en un campo de batalla. Ayer, los detenidos del pabellón 2 se amotinaron y atacaron con armas de fuego a la Policía y FF.AA.

Todo comenzó cuando se enteraron de nuevos traslados de presos de esa cárcel. La Policía intentó socializar las operaciones a través de un dron. Sin embargo, los detenidos respondieron con violencia y dispararon al equipo.

En el amotinamiento se registró la muerte de dos internos. Otros seis privados de libertad fueron heridos en medio de múltiples tiroteos que se registraron en la mañana y tarde. La Policía tuvo que entrar con personal antimotines y de rescate. Las Fuerzas Armadas también se desplegaron por los exteriores para evitar fugas.

En esas acciones, al menos 12 uniformados fueron heridos con disparos. En los informes oficiales incluso se detalló que los reos intentaron fugarse destruyendo una de las paredes de la cárcel.

En ese momento se redobló la seguridad para evitar la salida de privados de la libertad. Mientras tanto, en los exteriores de la prisión se registraron incidentes. Familiares de los reclusos estaban angustiados y pedían información.

Los gritos de desesperación se hacían más frecuentes mientras se escuchaban las balaceras en el interior de la Penitenciaría.

Los policías que participaron del operativo informaron que los internos tenían en su poder explosivos como granadas y tacos de dinamita. Igualmente, se logró determinar que los ataques se perpetraron con fusiles y revólveres de grueso calibre.

Pasadas las 14:30, la Policía informó que recuperaron el control del pabellón 2 y que se ejecutaron nuevos traslados.
El presidente Lasso se refirió a estas medidas en su cuenta de Twitter. Allí mencionó que mantuvieron a cabalidad la estrategia de traslado de los cabecillas de las bandas delictivas.

“Este Gobierno no se doblega ante narcoterroristas: en este país no van a imponer su voluntad. Aquí estamos para hacerles frente y proteger a los 18 millones de ecuatorianos que merecen vivir en paz”, señaló el Ejecutivo.

El Primer Mandatario acompañó su mensaje con una serie de fotografías de decenas de detenidos acostados boca abajo en la Penitenciaría del Litoral.

En las imágenes se observaba que varias de las personas privadas de libertad estaban heridas. Alrededor de los detenidos estaban parados los policías antimotines luego de recuperar el control en ese centro carcelario.

En Durán y Santo Domingo hubo más explosiones

Los atentados con explosivos no cesan. Solo el 3 de noviembre, las mafias nuevamente ordenaron la detonación de al menos 10 bombas carros en Santo Domingo y Durán, en Guayas.

En esta última ciudad se vivió un jueves de terror. Por redes sociales, los pobladores pedían auxilio a las autoridades y publicaron videos de los atentados.

Dos de los hechos se perpetraron en gasolineras. Otro se registró detrás de unas oficinas públicas y el último fue dirigido a la Policía. La UPC del barrio El Arbolito fue atacada con aparentes tacos de dinamita. Una de las paredes resultó afectada por la detonación.

Los ataques sucedieron al mismo tiempo que la Policía trataba de recuperar el control en la Penitenciaría del Litoral.
La Policía no descartó que se tratara de ataques simultáneos con el fin de distraer y evitar los controles en la prisión. De allí que desde el Consejo de Seguridad del Estado se ordenó reforzar la seguridad en el vecino cantón de Guayaquil.

Los informes de Inteligencia revelan que en Durán están acantonadas las células de al menos cuatro bandas delictivas que tienen injerencia con las cárceles. Precisamente, esas redes se habrían activado ayer para cometer los cuatro atentados y generar pánico en la población civil.

Frente a esto, la Alcaldía de Durán puso a disposición del Gobierno su centro de videovigilancia.

En Guayaquil y Durán existe actualmente un grupo especial de la Policía antiexplosivos que se está encargando de todas las emergencias con respecto a estos ataques.

Este grupo se activó tras los hechos suscitados hace tres días, cuando existieron más de 11 detonaciones a través de carros.

En Esmeraldas también actúan agentes antiexplosivos. Allí estallaron dos coches bomba.

En Santo Domingo, la gente también vivió momentos de angustia cuando un carro explotó en una gasolinera. La columna de humo del vehículo incendiándose llamó la atención y en redes sociales se compartieron imágenes.

La Alcaldía de la ciudad emitió un comunicado público para pedir al Gobierno que se incluya a esa provincia en el estado de excepción, que se instauró en Guayas y Esmeraldas.

La Policía y las Fuerzas Armadas señalan que sus esfuerzos se concentran en operativos específicos. En estos tres días de operaciones ya se han decomisado 167 687 explosivos y 27 armas de fuego en Guayas y Esmeraldas. Asimismo se han movilizado más de 8 000 uniformados para la custodia de las ciudades.