La más longevas de las competencias del país. Cuando en 1940 empezó a disputarse, ni el campeonato ecuatoriano de fútbol existía. Así de importante es la regata a remo Guayaquil-Posorja que además tiene a su haber el ser la prueba más extensa de su tipo en el mundo por las 49 millas náuticas (90,7 kilómetros) que recorre. Regata Guayaquil – Posorja.
En ningún otro lado un grupo de ‘guerreros’ rema sin parar entre 7 y 8 horas en medio de la madrugada, con condiciones climáticas adversas y poco apoyo. En ese contexto, 14 embarcaciones en dos distintas modalidades (4 con timonel y cuádruples) zarpan desde las 23:30 de este jueves a la altura del Hemiciclo de la Rotonda, en el Malecón 2000, para vivir su ‘penitencia’ de Viernes Santo.
Y es que así nació. Ese fue el ‘concepto madre’ de la competencia cuando un grupo de estudiantes universitarios quisieron poner a prueba al extremo sus condiciones físicas por Semana Santa, y lo consiguieron. En ese entonces fueron 56 millas náuticas, hoy la distancia varió un poco, pero el significado sigue siendo el mismo.
Estas son las condiciones adversas en cuanto a organización y presupuesto que llevará este año la regata, así como los medios en que los remeros han debido financiarse para su preparación, como venta de comida, rifa o a punta de pesca… todo para llegar al día de hoy.
Las ganas vencieron y en medio de un comité organizador, ya que no hubo una Asociación Provincial de Remo que lo haga, la competencia se desarrollará. Llegará a Posorja y pese a que no hay premios ostentosos, todos los que topen la meta habrán triunfado.
Generaciones enteras están ligadas a esta carrera y quienes no, se han visto atraídos por su legado e importancia. Para este año hay uniones de clubes y regresos importantes como el de Andes, la plantilla con más participaciones que tiene a su haber con cerca de 79 de las 84 ediciones que esta noche se cumplirá.
Precisamente Andes junto con Asociación Deportiva Naval (ADN) son las instituciones más ganadoras. ADN le lleva la delantera con 1 o 2 regatas más, justamente porque Andes no pudo participar. Dicho esto: ¡Larga vida a la regata!
