En medio de la creciente incertidumbre, muchos Gobiernos están analizando si mantener las escuelas abiertas es la mejor opción. «Una cosa sí sabemos con certeza: Otra oleada de cierres generalizados de escuelas sería desastrosa para los niños. La educación presencial es necesaria y urgente», señala Unicef, en un comunicado emitido este 21 de enero de 2022.
Los casos de COVID-19 vuelven a aumentar en todo el mundo, a causa de ómicron, una nueva variante que los expertos en salud pública y los científicos se esfuerzan por comprender.
El organismo señala que lo que los niños, niñas y adolescentes han perdido por no poder asistir a la escuela «puede que no se recupere nunca». Ya sea la pérdida de aprendizaje, las afectaciones a su salud mental, la exposición a la violencia y el maltrato, o la limitación de las habilidades sociales, todas estas consecuencias afectarán al rendimiento educativo de los niños y su participación en la sociedad, así como a su salud.
Pérdida de por vida
Unicef asegura que esta generación de niños en edad escolar podría perder colectivamente 17 billones de dólares en ingresos potenciales de por vida.
Los más afectados son los niños y niñas que viven en entornos con pocos recursos económicos y que no tienen acceso a herramientas de aprendizaje a distancia, así como los más pequeños que se encuentran en etapas críticas de su desarrollo.
Estas carencias se dan, sobre todo en aquellos hogares que se encuentran en condiciones de mayor vulnerabilidad. Los padres, madres y cuidadores también pagan un alto precio. Mantener a los niños en casa obliga a muchos padres y fundamentalmente a las madres de todo el mundo a dejar sus puestos de trabajo, sobre todo en los países donde la licencia familiar es muy limitada o no existe.
«Por eso hay que evitar que se siga posponiendo el retorno a las escuelas siempre que sea posible. Cuando la transmisión comunitaria de COVID-19 aumenta y se hacen necesarias medidas estrictas de salud pública, las escuelas deben ser las últimas en cerrar y las primeras en reabrir», agrega Unicef. Sin embargo, en el caso de Ecuador la decisión ha sido aplazar el retorno a las aulas, como primer recurso, «mientras que todo lo demás ha permanecido abierto, incluso bares, restaurantes, estadios y centros recreativos, lugares donde los niños acuden con sus familias».
En manos del COE nacional
Este sábado 22 de enero de 2022 se estima que la plenaria del COE nacional se reúna para determinar si es factible el retorno presencial a la aulas. A la reunión asistirán autoridades gubernamentales, pero también el colectivo ‘Liberen a los niños’; que ha recolectado más de 5.000 firmas de personas que apoyan la apertura de las escuelas.