Al menos cuatro personas han muerto por los efectos de vientos de más de 160 kilómetros por hora, que se han cebado en viviendas y coches, cerrado puentes, arrancado árboles de cuajo y dejado decenas de miles de hogares sin electricidad. Reino Unido, Dinamarca, Finlandia,Noruega, Suecia y Alemania son algunos de los países afectados.
Europa del este también afectada
En Estonia, los servicios de emergencia han tenido que atender más de un centenar de incidentes, entre ellos accidentes de tráfico o coches atrapados en la nieve.
El hielo convirtió las carreteras en pistas de patinaje.
En Polonia, los bomberos tuvieron que intervenir en 9 000 emergencias rescatando a personas atrapadas.
Decenas de miles de hogares se han quedado sin electricidad en la República Checa o en Escocia, la región más afectada del Reino Unido, sacudida por Corrie, un segundo frente de tormentas. El suministro eléctrico allí podría tardar varios días en restablecerse.