Los militares están controlando el problema en las calles, pero sin crecimiento y empleo explotará con mayor fuerza en el futuro.
Incluso si los militares permanecen en las calles indefinidamente, sólo lograrán disuadir el crimen y, en el mejor de los casos, devolverlo al punto donde comenzó antes de que estallara el conflicto armado interno.
El punto de partida ya es una economía con bajo crecimiento, creciente informalidad, baja productividad y casi ninguna inversión extranjera directa (IED).
Por eso es importante que los militares y la policía frenan el crimen, pero lo que cambiará estructuralmente la realidad es la liberalización de la economía del Ecuador, aumentando la eficiencia y creando empleos.
Solo para que las estadísticas de empleo no se deterioren, es decir para estabilizar el mercado laboral, se necesita que se generen al menos 150.000 trabajos adecuados o formales al año.
Esto significa que, para reducir sustancialmente la pobreza, se deben generar más de 200.000 trabajos adecuados (efecto neto entre contratos firmados y finiquitos). Solo eso quitara hombres a la creciente economía de criminales.
Para eso, se necesita una economía creciendo a más del 3%; pero el mismo Gobierno de Noboa, dentro de los anexos de su proforma para 2024, proyecta un crecimiento de entre el 0,8% y el 2,4% del PIB entre 2024 y 2027.