Un abrigo, un abrazo y una bici fue la forma de convencerlo a «Chichi» y lograr el rescate de un chimpancé del zoológico de Járkov, una de las ciudades ucranianas más afectadas por la invasión rusa. Ese lugar fue arrasado meses atrás por las tropas de Vladimir Putin. Y a partir de ese momento, los animales quedaron asustados.
Tanto fue así que, según anunciaron los cuidadores, «Chichi» intentó escapar en más de una oportunidad, afectado por los estruendosos ruidos de los bombardeos. Finalmente, logró su cometido en las últimas horas, cuando desenredó una red que aseguraba la cerradura de su recinto.
Fueron horas de búsqueda y de tensión en medio de bajas temperaturas hasta que dieron con él, que caminaba por las calles de la ciudad en busca de un refugio seguro.
Primero, los cuidadores intentaron devolverlo al parque ofreciéndole comida. Pero lo convencieron con un abrigo, una campera. Es que hacía mucho frío y notaron que el animal lo estaba sufriendo.
El rescate tuvo su cuota emotiva, que se viralizó en las redes a través de un video. Fue cuando una cuidadora se le acercó sigilosamente y el chimpancé la sorprendió con un efusivo abrazo.
Luego, ambos se quedaron sentados, como manteniendo una charla. La filmación muestra también el momento final del episodio, cuando la cuidadora lo viste con la chaqueta color amarillo y se dan un nuevo abrazo.
El regreso al zoo también fue pintoresco. Es que no lo devolvieron ni a bordo de un camión ni enjaulado. Chichi sorprendió a miles de personas dando un paseo en bicicleta que lo llevó nuevamente al parque.
Las reacciones en las redes sociales no tardaron en llegar. »Qué bueno el personal. Sin fuerza, sin tranquilizantes ni trampas. Un abrigo, un abrazo y una bici«, dijo un usuario.
«Su país en guerra, y todavía tienen la compasión y los medios para ponerle una chaqueta a un animal perdido. Qué magnifica cultura», agregó otra persona.
Animales en peligro
En marzo de este año, el director de un zoológico de Ucrania realizó un desesperado pedido internacional de ayuda para salvar a sus animales.
Volodymyr Topchyi alertó que el zoo de Mykolaiv, al sur del país, se encontraba en “modo de guerra” desde el inicio del conflicto con Rusia.
“Todos los días vamos a trabajar, alimentamos y limpiamos a los animales. Esto sin importar el sonido de las sirenas», escribió en una publicación de la red social Facebook.
Topchyi contó además que siete de los empleados del parque habían ido al frente a luchar contra los rusos y que eso agravaba la dramática situación del zoo.
En la página web de ese zoo se compartieron imágenes con los restos de las bombas que cayeron allí.
“Cerca de los recintos de tigres y osos polares. Ningún animal resultó herido”, decía una de las publicaciones.
Otros zoológicos ucranianos también han pedido ayuda. El zoológico Park XII Months, situado cerca de Kiev, solicitó un corredor verde para evacuar a los animales, o que los voluntarios lleven comida a los que son difíciles de transportar.
El personal del zoo de Kiev, por su parte, debió trasladarse a las instalaciones con sus familias, tanto para refugiarse como para cuidar de los animales, muchos de los cuales quedaron traumatizados por los bombardeos y las sirenas de ataque aéreo.
