Cuando Quito fue nombrada capital del Ecuador, un día como este viernes 24 de septiembre hace 191 años, tenía no más de 25 000 habitantes, la misma población que actualmente la tienen parroquias pequeñas como Nayón o La Concepción.
Lo que hoy es el Distrito Metropolitano, en ese entonces comenzaba en la calle Loja y finalizaba en el puente denominado De Otavalo, a la altura del centro comercial Gran Pasaje, por la Plaza del Teatro, donde funcionaban las carnicerías.
El historiador Rafael Racines cuenta que en 1830, la gente en su mayoría era artesana de muebles, sombreros, zapatos, platería, herrería, entre otras actividades, pero también había comerciantes y empleados públicos como plumarios, notarios, abogados, militares, entre otros cargos.
En cada uno de esos grupos -indica el historiador Alfonso Ortiz– había una aceptación generalizada de reconocer a Quito como capital. Pero la decisión, que se dio a conocer en el primer Congreso Constituyente del país, recayó sobre el primer presidente de la República, Juan José Flores.
Ortiz indica que antes de esa fecha, Quito ya había sido la cabeza del Distrito del Sur como parte de la Gran Colombia y 100 años atrás había liderado la Real Audiencia.
Otro aspecto que influyó para su designación fue la trayectoria que se construyó en busca de la independencia a raíz del 10 de Agosto de 1809, precisó el cronista Jorge Salvador Lara en sus investigaciones y libros.
La elección del primer presidente del Concejo Municipal (hoy llamado alcalde) no fue por voto popular, sino a través de una designación realizada por las autoridades estatales.
Con base en un acta del archivo municipal, el historiador Luis Azuero dice que el primer representante del cabildo fue Vicente Aguirre. Permaneció un año en el poder y lo reemplazó Feliciano Checa en 1831.
En sus primeros años como capital del Ecuador, las primeras obras emblemáticas -según el libro ‘Breve Historia de Servicios en la Ciudad de Quito’- fueron la creación de la Policía Municipal y la Dirección de Correos.
Ortiz trae a la mente que en aquellos años uno de los problemas que aquejaban a la ciudad era la mala calidad de las vías para llegar a Quito desde otras provincias.
Había otros: la insalubridad de las quebradas y la mala gestión de las aguas servidas. También había falencias en el suministro de agua potable permanente a la población.
Esos problemas se fueron solucionando poco a poco a través de la emisión de ordenanzas y de la ejecución de obras. Así, por ejemplo, en 1878, se comenzaron a iluminar las calles con lámparas de keroseno. La red de alcantarillado se empezó a construir aproximadamente en 1863.
El primer alcalde designado a través de voto popular fue Jacinto Jijón y Caamaño en 1946, lo que prácticamente dio paso a la modernidad.
Ahora, esta es la ciudad más poblada del país con cerca de 3 millones de habitantes y un polo de desarrollo económico. Sus problemas ya no tienen que ver con la dotación de los servicios básicos, sino con el ordenamiento territorial, el crecimiento desordenado y la movilidad.
En este preciso momento, lidia con la falta de un modelo de gestión para el Metro y enfrenta un proceso de remoción de su Alcalde que genera inestabilidad y falta de legitimidad.
