Desde el martes en Estados Unidos se vivió una jornada convulsa tras la filtración de un borrador de sentencia del Tribunal Supremo que de prosperar eliminaría la protección al aborto vigente desde 1973 y permitiría a los estados prohibir las interrupciones del embarazo.
El borrador, publicado por el portal Político a última hora del lunes, cuenta con el apoyo de por lo menos cinco magistrados del Supremo -es decir, de la mayoría de los 9 jueces que lo componen- y su autenticidad fue confirmada ayer por el propio tribunal.
Las reacciones a la noticia han ido desde la sociedad civil, con protestas convocadas en varias ciudades, hasta los principales cargos políticos empezando por el presidente Joe Biden, quien adelantó que su Gobierno está preparando una «respuesta» para defender ese derecho.
En un comunicado, el mandatario detalló que, ante los intentos de varios estados republicanos de restringir el aborto, ordenó a los abogados de la Casa Blanca que preparen «opciones para una respuesta de la Administración al ataque continuo contra el aborto y los derechos reproductivos».
«El derecho de una mujer a elegir es fundamental, ‘Roe’ ha sido la ley del país durante casi 50 años, y la equidad exige que no sea anulada», reivindicó el mandatario.
El presidente aseguró que el país necesita «más senadores a favor del derecho a decidir» y una «mayoría» en la Cámara de Representantes para aprobar una legislación que proteja el derecho a la interrupción del embarazo.
Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, alertó de que el Supremo se dispone a infligir «la mayor restricción de derechos» de los últimos 50 años, no solo a las mujeres, sino a todos los estadounidenses.
La máxima instancia judicial del país cuenta con seis jueces conservadores y tres liberales.
Al tratarse de un borrador, sin embargo, la decisión aún podría cambiar y no se espera un veredicto oficial hasta junio.