WASHINGTON – La Policía del Capitolio de los Estados Unidos estaba investigando un «vehículo sospechoso» afuera de la Biblioteca del Congreso el jueves y le dijo a la gente que evitara el área.
En alertas a los miembros del personal de Capitol Hill, la policía instó a algunas personas a moverse dentro de las oficinas, cerrar las puertas y mantenerse alejadas de las ventanas, y les dijo a otras personas que evacuaran a las áreas de reunión designadas.
La policía estaba investigando posibles explosivos en un vehículo cerca de la Biblioteca del Congreso, según un funcionario del Congreso.
El Departamento de Policía Metropolitana estaba «ayudando con el informe de una amenaza de bomba activa que involucra a un vehículo sospechoso» y «actualmente está evacuando el área», según una portavoz, Alaina Gertz.
La Policía del Capitolio se negó a proporcionar detalles sobre la investigación y remitió las preguntas a la cuenta de Twitter de la agencia , que instó a las personas a mantenerse alejadas del área.
Con el Congreso en su receso anual de verano, muy pocos legisladores estaban dentro del complejo del Capitolio el jueves, aunque algunos policías, personal profesional y sus ayudantes lo estaban.
Mientras la policía investigaba, cerraron varias calles cercanas alrededor de la cuadra 100 de First Street SE. Los técnicos del FBI y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos se unieron a los oficiales en la escena.
Poco antes de las 11 de la mañana, decenas de personas salieron del edificio de Madison, después de que los agentes del interior les dijeran que abandonaran el edificio.
“Todos diríjase hacia el sur ahora”, dijo un oficial de policía del Capitolio mientras otros oficiales sacaban a los trabajadores de la construcción del trabajo en la carretera y les pedían a los comensales que estaban afuera de un café que dejaran sus mesas.
En última instancia, gran parte de la multitud, algunos con computadoras portátiles y puñados de cables de carga y auriculares enredados, terminaron en un parque cerca del edificio, llamando a miembros de la familia y averiguando cómo llegar a casa.
La amenaza inquietó a los visitantes y empleados en el Capitolio, ocho meses después de que una turba de partidarios de Trump irrumpiera en Hill el 6 de enero, en un intento violento de evitar que el Congreso certificara los resultados de las elecciones presidenciales.
