En total, 58 planteles fiscales restan por iniciar clases en la ciudad. Son 28 los establecimientos educativos del sistema público los que registran problemas de infraestructura en Guayaquil. Mientras que otras 30 unidades educativas son intervenidas por el Municipio.

El regreso a las aulas inició de forma progresiva y escalonada el pasado viernes 6 de mayo en el régimen Costa-Galápagos, para el año lectivo 2022-2023.

El Ministerio de Educación informó que activó un plan de contingencia para hacer frente a la reconstrucción de 28 planteles vandalizados y descuidados durante dos años de pandemia y clases virtuales. 

En la misma situación están 151 instituciones educativas en todo el régimen Costa. Y son 58 000 los estudiantes que tienen problemas para regresar a la presencialidad.

Gabriel Casañas, subsecretario administrativo del Ministerio, informó que se invierten USD 15 millones a nivel nacional. Este monto se destina tanto para mantenimiento e intervención de infraestructura, como para la adquisición de nuevo mobiliario

“Mientras hacemos estas intervenciones el objetivo es que los estudiantes puedan asistir a otras instituciones o se puedan mantener en opciones de virtualidad”, indicó Casañas.

Alcaldía entregó plantel

La Municipalidad de Guayaquil comprometió a través de un convenio una inversión de USD 6,5 millones para la remodelación de 30 planteles públicos en la urbe. El plan abarca 20 instituciones en al área urbana y 10 en la rural.

El Municipio entregó esta semana la primera de las 30 unidades remodeladas. Se trata de la escuela Carlos Calderón Chico, de la isla Trinitaria, en el sur. Pero el plantel prevé recibir a los alumnos en dos semanas, pues el Ministerio de Educación debe dotar a la institución de nuevos pupitres. 

“En cuanto a las bancas estamos haciendo la asignación y la compra de este mobiliario para que las instituciones puedan estar en óptimas condiciones”, agregó Casañas.

Además, al menos otros 70 planteles públicos en la ciudad requieren de algún tipo reparación. Entre ellos se encuentra la Escuela Agustín Guerrero Lizarzaburu en la cooperativa Sergio Toral, al noroeste de Guayaquil. 

Se trata de un establecimiento tipo campamento, que acusa deterioro. Allí los padres de familia denunciaron que cuatro aulas se encuentran cerradas, con paredes en riesgo de colapso. Los baños están inhabilitados y, por ahora, los alumnos solo asisten dos horas diarias a clases.