El 29 de abril de 2019 los astrónomos detectaron una señal que se dirigía a la Tierra desde al parecer Próxima Centauri, el sistema estelar más cercano a nuestro sol (unos 4.2 años luz de distancia) que cuenta con al menos un planeta potencialmente habitable.

La señal con ondas de radio de 982 MHz, fue clasificada como una posible señal de tecnología alienígena, al rara vez ser producida por satélites o aviones. Sin embargo, una nueva investigación apunta a que posiblemente fue creada por una pieza rota de tecnología humana.

Esta señal que solamente duró cinco horas, no volvió a aparecer en ninguna de las exploraciones posteriores de Proxima Centauri, según se muestra en dos nuevos estudios publicados en la revista Nature Astronomy.

“Es una interferencia de radio provocada por el hombre de alguna tecnología, probablemente en la superficie de la Tierra”

Sofia Sheikh, astrónoma de la Universidad de California

Analizando la señal única

En el primero de los dos estudios, Sheikh y su equipo describen a la señal, llamada BLC1 como una ráfaga de ondas de radio captadas con el radiotelescopio Parkes Murriyang, en el sureste de Australia durante una observación de 26 horas de Próxima Centauri. Este evento fue parte de un programa de caza de señales extraterrestres en curso con 100 millones de dólares en financiamiento llamado Breakthrough Listen, que usa telescopios de todo el mundo para escuchar posibles transmisiones extraterrestres.

El telescopio registró más de 4 millones de señales de radio alrededor de Proxima Centauri durante esa ventana, pero solamente BCL1 resaltó por su larga duración y peculiar longitud de onda.

Sin embargo, después de que la señal no reapareciera en observaciones posteriores, los investigadores se dieron a la tarea de examinar de nuevo los datos, encontrando que el programa de clasificación automática había pasado por alto varias señales muy similares pero que se encontraban en frecuencias diferentes.