Las mujeres enfrentan una doble trampa en el mercado laboral: ganan menos y están más precarizadas. Esta situación provoca que tengan menos espacio para ahorrar, no solo para metas financieras a corto y mediano plazo, como pagar deudas o comprar una casa, sino también para asegurarse un plan de jubilación.

Además, la brecha con los hombres incluye menos acceso a productos financieros como seguros de vida y salud; y menos utilización de medios electrónicos de pago para cubrir servicios básicos o comprar cualquier tipo de bien o servicio.

A continuación, se detallan diez puntos clave para entender las desventajas financieras y económicas que enfrentan las ecuatorianas:

1.- Solo tres de cada diez ecuatorianas toman las decisiones financieras diarias en el hogar. Ecuador es el país de la región con la brecha más grande con respecto a la autonomía financiera de las mujeres dentro de la familia. Según un estudio del Banco de Desarrollo de América Latina (CF), esto se debe a los roles de género impuestos en sus hogares, menor participación femenina en el mercado laboral, y en consecuencia menores ingresos, así como la percepción del ingreso de las mujeres como complementario y no como la principal fuente.

2.- En promedio, 17% de las ecuatorianas utilizan aplicaciones bancarias y hacen pagos automáticos. En el otro extremo, el 26% de los hombres realizan transacciones y pagos digitales. La diferencia se profundiza en los sectores rurales, en donde menos del 5% de las mujeres efectúan operaciones financieras digitales, frente al 10% de sus pares masculinos.

3.- Actualmente, una ecuatoriana con empleo gana, en promedio, $497,4; mientras un ecuatoriano recibe $582,7. Además, el 70% de más de un millón de empleos no remunerados son cubiertos por ellas. Esta mala situación laboral hace que solo el 33% de las mujeres puedan ahorrar, frente al 44% de los hombres.

4.- La brecha de inclusión financiera también se puede visibilizar en el hecho de que el 42% de las ecuatorianas tienen todo o parte de sus ahorros en una cuenta bancaria o de cooperativa; mientras que el porcentaje supera el 54% en el caso de los hombres. A esto se suma que el 41% de las ecuatorianas tiene metas financieras (comprar una casa, pago estudios, entre otros, frente a más del 45% de los ecuatorianos.

5.-El acceso a un plan de jubilación es otro problema estructural en la economía ecuatoriana. El 42% de los hombres con empleo formal tiene un plan de jubilación asegurado por su empleador; pero el porcentaje se reduce al 25% en el caso de las mujeres.

6.- Debido a las mayores labores en el hogar, y obligaciones relacionadas con los hijos, solo el 41% de las mujeres puede buscar formas alternativas de aumentar sus ingresos como trabajar horas extras o conseguir un empleo o negocio adicional. El porcentaje en el caso de los ecuatorianos aumenta al 58%.

7.- En el escenario de un gasto imprevisto, o una emergencia, el 32% de las mujeres tiene dinero suficiente para afrontarlo sin pedir un crédito o dinero a un familiar. Por el contrario, el 47% de los hombres pueden cubrir independientemente el imprevisto.

8.- En Ecuador, el acceso a seguros de vida y salud es muy bajo. El 8% de los hombres tienen al menos alguno de esos productos financieros, pero el porcentaje se reduce al 2,5% en el caso de las mujeres. Esta realidad aumenta la vulnerabilidad de ellas, sobre todo en la tercera edad; además le pone más presión a sus bajos ingresos en caso de una emergencia médica.

9.- En el último año, según un estudio de la CAF, el 74% de las ecuatorianas manifiestan que no han hecho ningún tipo de transferencias entre cuentas bancarias, a través de un teléfono inteligente o computadora. El porcentaje en los hombres, por su parte, llega al 64%. Esto refleja que, en un país con baja inclusión financiera digital, las mujeres son las que se llevan la peor parte.

10.- En el tema de la educación financiera también se puede observar una brecha importante. Más del 50% de los hombres maneja el concepto de interés compuesto frente al 40% de las mujeres. Con respecto al valor del dinero en el tiempo, la noción es clara para el 47% de los ecuatorianos y para el 42% de las ecuatorianas.  Asimismo, el concepto de inflación es entendido por el 87% de los hombres y el 84% de las mujeres. Esta situación es consecuencia de las menores oportunidades educativas, tanto en cantidad de años como en calidad, que tienen las ecuatorianas, sobre todo lejos de las grandes ciudades y en la ruralidad.