Cuando de ética se habla en periodismo, no existe apego a ningún cargo público y mucho menos al poder de turno, pero la cuota política exigida por algunos comunicadores se evidencia en la reciente designación de funcionarios del servicio exterior del actual gobierno, donde las figuras más relevantes son familiares o dueños de medios de comunicación nacional.
Los nombramientos llegan a un 34.6% de funcionarios ligados a la prensa, un 14% más del que permite la ley.
Hagamos un recorrido:
Christian Oquendo Sánchez, primer secretario en representación permanente del Ecuador ante la UNESCO en París, es uno de los hijos del dueño de Radio Visión, Diego Oquendo.
La consulesa en Miami-Florida, es la periodista María Teresa Pérez Barriga, hermana del actual director de diario El Universo, Carlos Pérez Barriga.
No podía faltar un representante del lindo canal, Sebastián Corral que fungía de gerente del canal Teleamazonas, ahora es el flamante embajador en Portugal y Reino Unido (Londres, Inglaterra).
El Vaticano dio su bendición para que Alicia de Jesús Crespo, esposa del gerente de diario el Universo, sea la nueva embajadora del Ecuador ante la Santa Sede.
MÁS AMIGOS DEL PRESIDENTE
Con el decreto 188, el presidente Guillermo Lasso nombró a Helen Sophie Deller Klein como embajadora de Ecuador en Israel. Deller es la hermana del empresario Michel Deller y amiga del mandatario.
Miguel Falconí Puig como embajador de Ecuador en Italia. Falconí ejerce como abogado desde 1972.
SUELDOS POR LA LEALTAD
Los actuales funcionarios deberán percibir una muy buena remuneración, ya que el costo de vida en esos países es significativa, por ejemplo: En Londres el promedio de gasto es de £ 3.049 al mes, es el más caro de Reino Unidos. En París de € 3.352 mensuales, en Roma € 1.974 al mes. El costo de la vida en Miami es de USD 3.265 mensuales.
Necesaria y leal burocracia, se atreven a comentar algunos entendidos, ya que la historia nos recuerda que desde los inicios a la democracia en el Ecuador, algunos comunicadores se han visto en la penosa tarea de mejorar sus vidas, dejando en el tacho la ética periodística.