El colegio San José La Salle de Guayaquil volvió a recibir a un ex alumno convertido en Presidente de la República. En las calles aledañas, vehículos oficiales, hombres vigilando, personal de protocolo y periodistas acercándose, hacían notar que la primera autoridad del país estaba por llegar. Arriba, un helicóptero resguardaba desde el aire…

Foto: Alejandro Ortiz

Un cúmulo de emociones y recuerdos invadieron al ex alumno de la promoción 26, aquel estudiante de los años 70, quien entonces entraba corriendo por esa misma puerta por la que este viernes 16 de julio de 2021, medio siglo después, ingresó apoyado por un andador ortopédico.

La cálida bienvenida por parte de los directivos de la institución, maestros y estudiantes quienes lo acogieron con cariño, le dio pauta para mostrarse como un Presidente accesible, amigable, apasible, frágil y humano.

Su equipo de protocolo y de seguridad estuvo atento a sus movimientos, su edecán fue prácticamente su sombra y así se dio inicio a un acto muy especial.

Un militar con fusil en mano, asomado al balcón de la capilla vigilaba el área circundante. En todas las esquinas del colegio, en muros y más allá de las paredes del San José, también estaban los hombres de su seguridad personal.

Foto: Alejandro Ortiz


Cesar Zaranto, uno de los encargados de hacer cumplir el protocolo presidencial dijo a QuieroTV que ninguna persona por respeto a la autoridad, puede estar sentada o parada delante del Presidente o en áreas no designadas.

El acto solemne empezó, las emociones de los presentes se notaban en las miradas del público. El rector habló de expandir la institución en el sector norte de la ciudad, y selló su intervención con la frase que hizo popular a Guillermo Lasso: “Juntos podemos lograrlo”, luego le entregaron dos presentes, uno de ellos es el Libro del Lasallista que recopila toda la historia del colegio.

Cuando le tocó el turno de intervenir a Juan Fernando Lucas, estudiante del colegio, quien dibujó con palabras las lindas experiencias vividas en las aulas y los patios, el Presidente dejó ver su lado nostálgico en su rostro,  a pesar de que estaba cubierto y protegido por una mascarilla kn95.

Y llegó el momento del Presidente. Sus pasos aún débiles y con la ayuda de su édecan subieron tres escalones para dirigirse al podio.

Habló de su alegría, de sus recuerdos de juventud, de sus amigos de aulas, de sus maestros y del orgullo de ser lasallano.

Destacó la importancia del nuevo centro institucional ubicado en el norte de Guayaquil y dijo también que ese traslado de local, permitirá que en el edificio donde estaba en ese momento, en el futuro funcione la primera universidad lassallana del Ecuador.

Destacó la necesidad que los jóvenes tengan acceso a estudiar en las universidades estatales, las carreras que el estudiante desee. En ese momento,  su mirada recorrió los rostros de jóvenes periodistas, como si en ellos veía al ecuatoriano deseoso de estudiar libremente.

El presidente Guillermo Lasso recordó que el tiempo vivido en el colegio es apremiante y que la necesidad de aprender debe ser imperiosa cada amanecer.

La cita en el San José estaba llegando a término, esta vez, Lasso salió de la capilla con su andador ortopédico y su equipo de protocolo y seguridad. Se retiró en medio de una caravana de autos seguida por carros de la Policía Nacional y además el helicóptero que inspeccionaba todo desde el aire.

Después de todo aquel movimiento de vehículos y seguridad, una clínica móvil que estuvo parqueada junto a la puerta del colegio, encendió su motor y también se retiró.

Hoy el colegio San José La Salle se vistió de gala aún con mascarillas y se engrandeció en la fragilidad de un Presidente que llegó al corazón de la juventud, de profesores, autoridades educativas y periodistas que lo escucharon.

Redacción: Priscilla Jiménez