Carta al Editor
Msc. Denisse Balseca, estudiante de Ingeniería Ambiental- Universidad de Florida
La migración constante y masiva proveniente de las provincias con poco desarrollo económico a la ciudad de Guayaquil que se ha identificado como la capital económica del Ecuador y el golfo principal del país, genera oportunidades de empleo para muchas personas, así mismo la posiciona como la ciudad mas poblada del país. Esta migración ha aumentado el indice poblacional y con esto ha formado un mercado de necesidad para la creación de más zonas urbanas, reduciendo las áreas verdes como bosques y humedales, generando un gran impacto ambiental en el ecosistema alterando los flujos y niveles de absorción del agua.
Las grandes inmobiliarias con la construcción de infraestructuras y desarrollo de vías de acceso público han comenzado con un proceso de impermeabilización del suelo, donde el material predominante es el cemento y el asfalto. Para entender el impacto ambiental en el suelo vamos a discutir sobre el aspecto ambiental que se ve frecuentemente afectado y que tiene una alta incidencia con las inundaciones recurrentes en Guayaquil durante la época invernal.
Tener áreas verdes como jardines, parques y bosques nos ayudan a que el suelo pueda tener una textura, estructura y dreanabilidad adecuada para absorber el agua. Todas las áreas verdes de la ciudad otorgan servicios ambientales, este es el caso de los manglares, las conchas y los sedimentos. El manglar tiene la propiedad fundamental de reducir el nivel del mar y de retener a los sedimentos que hoy son un problema latente en el río Guayas y Babahoyo. Por otro lado las conchas son los organismos que actuan como una barrera de protección cuidando al manglar de los golpes de la marea. Los sedimentos juegan un rol principal otorgando nutrientes a los manglares y a las conchas. Pero entonces porque continuar dragando los ríos y removiendo los sedimentos? Por que al no tener manglares que retengan los sedimentos, estos son transportados con la corriente del agua a otras zonas que no deben de tener sedimentos. Conservar el manglar es una de las acciones fundamentales para controlar las inundaciones.
Para que el suelo pueda desempeñar su rol antes las inundaciones debe mantenerse permeable para la absorción del agua. Cuando se urbaniza una zona de la ciudad, gran parte de los proyectos involucra en un 80% concreto y asfalto. Estos materiales poco amigables con el ambiente, evitan que durante la época invernal, el agua sea absorbida por las capas del subsuelo.
En el año 2018 la M. I. Municipalidad de Guayaquil desarrollo el plan de acción para la reducción del riesgo de desastres Guayaquil – Ecuador. En este plan se establecen actividades para el aspecto 4 que es cumplir el reglamento de construcción y principios para la planificación del uso de suelo y el aspecto 5 que es la protección de los ecosistemas y las zonas naturales de amortiguamiento. Para ambos aspectos 4 y 5 el tiempo para la implementación es hasta el año 2019. Pese que se cuenta con plan para la reducción del riesgo de desastres en Guayaquil, en el reporte SITREP No. 1 – época lluviosa del año 2023 realizado por la Dirección de Monitoreos de eventos adversos, en el resumen de eventos peligrosos y afectaciones, la ciudad de Guayaquil presenta un total de 28 eventos de inundaciones, situando a la ciudad en el primer lugar con mayor número de eventos de inundaciones.
Con todo lo analizado, las autoridades de la ciudad deben de comenzar ha desarrollar ordenanzas municipales más sostenibles, como incentivos para construcciones más eficientes, cambiando el concreto por materiales de mayor porosidad en las vías que permitan la filtración del agua al suelo. Incentivar a la creación de infraestructuras con techos verdes, aceras y parterres con jardineras que absorban el agua, revestimiento vegetal de los canales de flujo de agua dentro de la ciudad, eliminando el cemento y devolviendo un ecosistema natural a los canales de agua. Y lo mas importante se debe de comenzar con una ordenanza municipal para la reforestación y mantenimiento del manglar, implementando conceptos de ingeniería ecológica que permita la restauración de este ecosistema, porque los sedimentos son la base del sustento ecológico de los ecosistemas costeros.