Por sorpresa y fiel a su estilo, el controvertido presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, anunció este sábado que no se presentará como candidato a la vicepresidencia en las elecciones de mayo de 2022, como tenía previsto, y que abandonará la política una vez concluya su actual mandato.
Así, allana el camino para que su hija sea candidata a dirigir el país.
Entre su legado deja numerosas salidas de tono, sonadas polémicas y miles de cadáveres víctimas de la sangrienta guerra contra las drogas que inició a su llegada al poder, en 2016, lo que no evitó sin embargo que siga contando con un gran apoyo entre la población.
“El abrumador sentimiento de los filipinos es que no estoy habilitado y sería una violación de la constitución pasar por encima de la ley, del espíritu de la constitución” para ser candidato a vicepresidente, explicó Duterte, de 76 años.
“Hoy anuncio mi retirada de la vida política”, concluyó.
La Constitución filipina limita a los elegidos como presidente a un solo mandato de seis años. Cuando faltan unos meses para que finalice el suyo, Duterte había anunciado que se postularía para la vicepresidencia.
Estaba previsto que hiciera tándem con uno de sus principales asistentes, el senador Christopher Lawrence Go, que debía aspirar a la presidencia.
Escuadrones de la muerte y miles de cadáveres
Muchos vieron en este gesto un intento por blindarse ante la justicia después de que el 15 de septiembre pasado la Corte Penal Internacional (CPI) diera luz verde a una investigación sobre la guerra contra las drogas apadrinada por el mandatario.
Antes de asumir el poder, Duterte juró que correría la sangre y que los muertos, traficantes y consumidores, servirían de alimento a los peces en la bahía de Manila.
El mandatario cumplió su palabra, y algunas organizaciones humanitarias cifran en más de 20.000 los muertos a manos de la policía y los escuadrones de la muerte.
Un sondeo reciente, realizado por PulseAsia Research, indicó que Duterte había retrocedido en las intenciones de voto.
Otra encuesta realizada por Social Weather Stations mostró que un 60% de los filipinos no pensaban que la candidatura de Duterte como vicepresidente respetaba la esencia de la Constitución.
Sin embargo, la sorpresa saltó este sábado cuando Go, y no Duterte, presentó ante la Comisión Electoral su candidatura a la vicepresidencia.
El actual presidente pondrá fin así a una carrera de varias décadas como alcalde de la ciudad de Davao, su feudo en el sur, y un mandato como presidente.
¿Su hija, heredera del poder?
La maniobra de Duterte deja abierto el camino para que su hija, Sara Duterte-Carpio, presente su candidatura a la presidencia. A sus 43 años, la abogada y actual alcaldesa de Davao es muy popular entre la población y lidera varias encuestas.
En el pasado dijo que no se presentaría si su padre también concurría a los comicios, algo que ahora deja de ser un problema.
Si finalmente diera este paso, la oposición cree que su candidatura serviría a su padre para mantener su poder en la sombra y protegerse de la acción de la justicia.
Mientras tanto, el espectáculo de la política filipina sigue su curso. El sábado, el Comité Electoral comenzó a registrar a los candidatos a unos comicios en los que, además del presidente y el vicepresidente, se elige a varios senadores y un buen número de puestos menores.
El primero en oficializar su candidatura a la jefatura del Estado fue el reputado ex boxeador Many Pacquiao. Antiguo aliado de Duterte, con quien también comparte origen, su relación se agrió en los últimos meses entre acusaciones de corrupción y otras disputas.
Otros nombres para la carrera presidencial que suenan con fuerza son el actor reconvertido en político y actual alcalde de Manila, Francisco Domagoso; el antiguo jefe de la Policía, Panfilo Lacson; la actual vicepresidenta y enemiga política de Duterte, Leni Robredo; o el ex senador e hijo del dictador Ferdinand Marcos, Ferdinand ‘Bongbong’ Marcos Jr.
