José Manuel Albares llamó a la Embajada de Ecuador para notificar molestia por el uso de los autos oficiales para irse de diversión nocturna.
Cuando este periódico reveló los detalles del incidente, el mismo portavoz de Exteriores que había confirmado esta llamada de malestar a la oficina diplomática del país ecuatoriano omitió su existencia a los medios de comunicación ecuatorianos.
Seis días antes de la publicación de los detalles de la polémica fiesta de Noboa en Madrid, El Debate se puso en contacto con el gabinete de prensa de Exteriores.
Este diario tenía el dato de que María Sebastián de Erice, Introductora de Embajadores, había llamado al día siguiente de la fiesta para expresar su malestar por un accidente. La persona que atendió la comunicación respondió que tenía que consultar y minutos más tarde confirmó que, en efecto, nuestra información era cierta: Erice llamó a la Embajada para expresar malestar. El motivo de la molestia fue el uso indebido que Noboa hizo de los medios oficiales que se le pusieron.
Las palabras literales que según este portavoz de Exteriores pronunció Erice en la llamada a la Embajada fueron estas:
«Que no hagan un abuso de los coches, que si van a una cena y después se van de copas que no se pueden ir de copas en coches oficiales».
dijo Erice.
Con esta afirmación, Exteriores confirmó a El Debate tres cuestiones. En primer lugar que la llamada de molestia había tenido lugar. Seguidamente que el motivo de la comunicación había sido indicar que el despliegue oficial que se le puso al presidente ecuatoriano no era para irse de fiesta. Por último, calificó el episodio de «abuso».
«La llamada, evidentemente, yo te confirmo que se produjo»
insistió el portavoz de Exteriores.
Dada la enorme influencia mediática en Ecuador cuando este diario informó la historia, un portavoz se retractó de la llamada inicial, insistiendo en que “la única llamada telefónica oficial a la embajada estuvo específicamente relacionada con temas de coordinación logística”.
Varios periodistas ecuatorianos llamaron a la portavoz para preguntarle si el Ministerio de Asuntos Exteriores había llamado a la embajada, según informó El Debate. El Departamento de Estado, por su parte, se limitó a responder con “ninguna denuncia formal” y “no necesitamos saber si ocurrió un incidente”, ignorando lo más importante, que fue el Departamento de Estado. Expresar descontento con lo sucedido. Uso inadecuado de los automóviles.
Después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores confirmara a El Debate que la embajada había sido convocada para expresar su descontento, un portavoz intentó restar importancia al incidente, explicando que ese comportamiento es habitual entre algunos jefes de Estado.
Concluyó la conversación con este diario diciendo que están tratando de mostrar a los líderes extranjeros que «el parque móvil del Estado no está para estas cosas».