Múltiples denuncias ciudadanas se han sumado a advertir sobre lo que parecen ser “algodones” en las plantas de sus patios, portales y parques, Guayaquil se encuentra actualmente invadido por una especie de cochinilla, más bien conocida como “cochinilla algodonera” o “Cotonet”, este es un crustáceo terrestre que suele aparecer cuando la planta está enferma, débil o cuando sufre algún estrés normalmente causado por trasplantes mal efectuados o por podas incorrectas, estos parásitos nómadas prefieren lugares con brisas saladas, es decir ciudades costeras y cuando el ambiente está cargado de humedad proliferan con mayor libertad.
Lugares como el sur, norte y cantones vecinos de Guayaquil han aparecido y es que realmente es preocupante su proliferación pues generan daños que pueden producir perdida parcial de la vegetación, desecamiento de brotes y tallos, así como frenar el crecimiento de las plantas. Estos efectos los producen directamente al absorber la savia, o indirectamente al desarrollarse. Los cultivos que más suelen verse afectados son de Pepino, melón, berenjena, pimiento y tomate.

La” saliva” segregada por esta plaga favorece el ataque del hongo que ocasiona la negrilla que se muestra como un polvo negro parecido al hollín que cubre la superficie de hojas, tallos y otras partes de la planta, que merma la capacidad de la crear fotosíntesis en las plantas, así como la respiración de ésta, pudiendo además depreciar la calidad de la cosecha y perjudicar aún más la decreciente economía.
Existen múltiples opciones químicas de tratar con las cochinillas como rociar alcohol o jabón líquido entre otras pero las cochinillas suelen desarrollar tolerancia a estos además de que esta opción puede mermar la vida de otros insectos y afectar a la cadena trófica. Según Joe Manrique, Agrónomo de la ciudad de Guayaquil, la manera más propicia de tratarlas es con sus depredadores naturales, de los cuales el más común y amigable es la mariquita. «Las mariquitas tienen una taza de reproducción más lenta y pueden sufrir como consecuencia de los químicos, ademas en la actualidad la ciudad se ha visto carente de estos organismos por que los depredadores también tienen depredadores y no hay tantas plantas en la ciudad, una mejor opción son las avispas soldado, ellas destruyen directamente los huevos de las cochinillas».

Al ser organismos de vida sensibles con un tiempo de vida de 3 a 9 meses son muy susceptibles al cambio climático pues prefieren lugares cálidos y frescos para escapar del frio. La urbe porteña podría parecer el lugar predilecto para vivir, pero el cambio climático, la falta de arboles autóctonos merma su reproducción debido a que el frio nocturno puede tener consecuencias negativas en la eclosión de esta especie que controla las plagas de forma natural.

