Una denuncia fue presentada por el Observatorio del Deporte Ecuatoriano (ODDE), junto a exentrenadores y excolaboradores del Comité Paralímpico Ecuatoriano, quienes acusaron a este organismo de formar una estructura de corrupción, que tenía como objetivo reclutar atletas convencionales para llevarlos al deporte paralímpico.
La denuncia nació a partir de llamadas de decenas de padres de familia y de propios deportistas con discapacidad intelectual, que dijeron estar “cansados” de intentar formar parte del Plan de Alto Rendimiento y representar al país en eventos internacionales formando parte del Comité Paralímpico Ecuatoriano.
Padres y deportistas le contaron al Observatorio que los atletas que integran esta supuesta red provienen del Valle del Chota y que migraron del deporte convencional al paralímpico. De hecho, estos deportistas tienen sus fichas en competencias convencionales en la Federación Deportiva del Carchi.
De acuerdo a esas fichas, los atletas involucrados en esta red no conseguían buenos resultados en el deporte convencional. Pero cuando pasaron al deporte adaptado, pronto empezaron a subirse a los podios.
Diego Arteaga, metodólogo de la Federación Deportiva del Carchi, le contó al Observatorio que la mayoría de chicos hicieron todo el proceso de desarrollo con él y que nunca reportaron un antecedente de discapacidad de ningún tipo. Tampoco lo hicieron sus padres. “No hay ninguna evidencia”.
Mientras que el coordinador del Observatorio del Deporte Ecuatoriano, indica que en 2015 los atletas entrenaban en el Centro de Alto Rendimiento de Carpuela, cuando miembros del Comité Paralímpico llegaron hasta esas instalaciones, vieron su rendimiento y se los llevaron. Siete meses después ya tenían el carné de discapacidad.
Incluso, Celso Chalá, exentrenador del Comité Paralímpico y quien formó a muchos de los deportistas en mención, le contó a un diario nacional que los propios colaboradores fueron instruidos con distintos métodos y técnicas para hacer fingir a los chicos una discapacidad intelectual.
La principal razón por la que los deportistas accedieron a formar parte del deporte paralímpico, fue por tener una mejor calidad de vida y ayudar a sus padres.
Los denunciantes detallan que Santiago Chango, director técnico del Comité Paralímpico, acudía a Carpuela y se fijaba en los talentos que pudieran dar réditos deportivos y económicos en el corto y mediano plazo.
Según Celso Chalá, muchos de los chicos querían ser policías, pero el beneficio económico al entrar al deporte paralímpico era mayor. Por ejemplo, podían ganar, en un principio, entre USD 900 y USD 1.300 por formar parte del Plan de Alto Rendimiento.
Pero después, esa cifra se podía incrementar, dependiendo de sus logros deportivos, así como el apoyo de empresas privadas.
Los detalles de Chalá expresan que una vez que conseguían el carné, enviaban exámenes psicopedagógicos a Inglaterra, sede del Comité Paralímpico Internacional, y a Virtus, ente rector a nivel internacional que maneja la discapacidad intelectual. Ya con todos los documentos, las autoridades internacionales aceptaban o no su elegibilidad
Sin embargo, la supuesta red, en coordinación con los entrenadores, debían educar a los deportistas para “burlar” los exámenes con los psicólogos internacionales.