En un documento firmado el 29 de febrero de 2024, la Cancillería ecuatoriana solicitó permiso a la Embajada de México para ingresar y arrestar al exvicepresidente Jorge Glas.
La orden de arresto fue emitida por un tribunal nacional, mientras que el expresidente permanece como huésped de la delegación diplomática.
A través de un escrito, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana «solicita el consentimiento del jefe de la misión diplomática mexicana para que las fuerzas del orden, que dependen del Ministerio del Interior, ingresen a los locales de la misión y cumplan con la captura del señor Jorge David Glas Espinel«.
Más de dos páginas muestran la información enviada a la embajada sobre la situación jurídica de Glass con fechas y números oficiales. Estos incluyen los términos de su detención por sospecha de corrupción, emitidos el 5 de enero de 2024 por el juez Nacional de Seguridad Penal Luis Rivera.
Aunque la Cancillería reconoció que el asilo político no sería ilegal, recalca que sí «haría vanos todos los compromisos adquiridos en instrumentos internacionales«. Principalmente, los que tienen como finalidad «promover la cooperación entre los Estados para prevenir, combatir y sancionar la corrupción«.
Glass ingresó a la Embajada de México en Quito el 17 de diciembre de 2023 para evitar una orden de arresto emitida por los fiscales de la investigación. Esta investigación va en línea con las sospechas de corrupción en el caso de reconstrucción de Manabí.
Este caso investiga la disposición de fondos para la reconstrucción de Manabí y Esmeraldas luego del terremoto de abril de 2016.
Además de este caso, hay una investigación por el presunto delito de intimidación denunciado por su exasistente Soledad Padilla