Miles de fieles se juntarán para demostrar su fe. Tras dos años en pausa y limitados a la virtualidad, la Arquidiócesis de Guayaquil anunció que las procesiones volverán a recorrer las calles de la ciudad, por Semana Santa.
A las afueras de la Catedral Católica Metropolitana, donde se realizó ayer el gran anuncio, los moradores ya empiezan a alegrarse por la conmemoración. Para Luz Murillo, quien asegura tener más de 15 años celebrando Semana Santa en la Catedral, “ha sido difícil orar desde casa”, por lo que planea asistir a las procesiones con su hija.
Jennifer Pin, ama de casa, nunca ha participado de las procesiones por el sol y la fatiga. Sin embargo, irá a la del Cristo del Consuelo, que en esta, su edición número 62, espera recibir a más de 500.000 personas. Ella asistirá con sus hijos, a quienes siempre les dice que “rueguen y pidan por sus problemas”. “El doctor ayuda, pero siempre con el control de Dios”, les dice mientras observan las iguanas.
Este año serán 20 las peregrinaciones (ver subnota) que se efectuarán en la ciudad el viernes 15 de abril. Ya todo está listo. Las familias han empezado a alistar las imágenes. Y quienes irán con atuendos similares a los de los cucuruchos, han empezado también a desempolvarlos.
Sin embargo, si bien entre la mayoría prevalece la alegría, para otros es inevitable pensar en la delincuencia, teniendo en cuenta los casos de violencia que se reportan en la urbe a diario, y en el mismo coronavirus. Es el caso de Delta Figueroa, quien solamente va a misa en las mañanas “por la inseguridad”.
“Quiero ir a la peregrinación de la iglesia de la Alborada, ¿pero y si me roban? Guayaquil está de terror. Siento que ni oraré tranquila. Ya no se puede confiar en nadie”, agrega Laura Palma, de Álamos Norte.
Sonia Apolinario, residente de Santa Elena, se mantiene en la indecisión. “Me preocupa un poco porque la pandemia no ha acabado”, manifiesta.
Lo cierto es que para salvaguardar la seguridad de los asistentes, se planificó un trabajo multidisciplinario que incluye la participación de 650 policías nacionales, 62 agentes metropolitanos, 4 lanchas de la Armada, decenas de bomberos, voluntarios de la Cruz Roja y delegados de la Arquidiócesis, que se encargarán de mantener el distanciamiento y el uso de la mascarilla. Aunque más de uno cree que esto último resultará difícil de controlar y cumplir, por el clima caluroso de Guayaquil.
Además de las celebraciones asociadas a la religión, la reactivación económica es un eje que también se consideró, tanto en la zona urbana como la rural, por lo que, aparte de reducir el IVA al 8 % del 15 al 17 de abril, habrá representaciones artísticas y se desarrollará la Ruta de la Fanesca.
