La marcha se originó ante el crecimiento de la delincuencia en este cantón, que campea en el centro y barrios, los parques y asedia al comercio, afectando directamente al turismo del balneario, señalaron los hermanos Luiggi y Jorge Holguín, microempresarios locales.
“A mi hijo lo apuñalaron el pasado domingo en el malecón, porque no se dejó robar, felizmente, el cuchillo no le tocó ningún órgano vital y se salvó de morir. ¿Dónde está la policía?, ¿dónde está el Concejo Cantonal?”, exclamó la ciudadana Isidra Vera, frente al Comando de Policía de Playas; uno de los puntos en el que decenas de marchantes hicieron una parada para mostrar su descontento.
En el recorrido, en el que participó el párroco del barrio Ecuador, Rodolfo Arteaga, y decenas de comerciantes y microempresarios, estos últimos los organizadores del plantón; se depositó una ofrenda floral en el domicilio de la menor que, semanas atrás, murió víctima de una bala perdida, tras un caso de sicariato.
El sábado pasado, según relata Carlos Torres, habitante de Playas, a una menor de edad trataron de secuestrarla mientras hablaba por teléfono en el portal de su casa en el barrio Los Angelitos. “Llegaron dos hombres en una moto, se bajaron y agarraron a la chica, que se prendió del cuello de su abuela para impedir que se la lleven. Nosotros le arrojamos piedra y se fueron. Fue agobiante eso. Triste sobre todo de ver qué está pasando en el balneario”, relató; al hacer un llamado a que la Alcaldía tome en cuenta este tema.
Los hermanos Castillo, dueños de un negocio de celulares, comentaron que la Plaza Cívica, ubicada frente a la iglesia y al Municipio y a escasas dos cuadras del destacamento de Policía, se la considera una zona segura; sin embargo allí por lo menos a unos cinco locales les han robado en las noches abriendo sus seguridades. Los Castillo denuncian que la semana pasada, los ladrones “limpiaron” su local: se llevaron 70 teléfonos, más los accesorios.
“Venimos de Guayaquil y cada vez veo más gente de Cuenca que visita el cantón para distraerse. Que el tema no es de la Alcaldía, sino de la Gobernación y el mismo Gobierno es lo que siempre dicen. ¿Por qué no se unen los dos? Aquí lo que importa es que la ciudadanía, las familias, los turistas están en riesgo. ¿Van a dejar que Playas de dañe?”, cuestionó Mary Escandón, quien acude al balneario cada dos semanas a visitar a sus padres, que viven en el lugar.
La semana pasada, el gobernador del Guayas, Pablo Arosemena, visitó el cantón para hablar de esta problemática que los vecinos venían denunciando. Allí Arosemena se comprometió a tomar cartas en el asunto, pero sin acciones y sin proyectos inmediatos, las familias simplemente desconfían. “Por lo visto aquí con palabras intentan frenar los delitos. Es vergonzoso”, anuncio Jhon Vélez, habitante.
