Según cifras del Registro Civil, publicadas por el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), en el 2020 se registraron 38.938 matrimonios y 14.568 divorcios. Los números hacen referencia a matrimonios registrados. Actualmente hay muchas relaciones de unión de hecho que se han separado, tomando en cuenta a estas personas, los números serían mayores. A nivel mundial las estadísticas son similares.
Después del divorcio y siendo una persona soltera, empieza un camino para volver a conocerse y conectar consigo mismo y con lo que le hace feliz. La vida sigue y depende de cada persona empezar a tener una experiencia diferente de vida, cambiar los hábitos, patrones y creencias que le llevaron donde está actualmente; permitiéndose ser feliz y alcanzar aquellas metas que desea. Así lo manifiesta Aracely Flores, mentora y coach de confianza para personas separadas o divorciadas.
La especialista menciona que hay que comprender que durante y hasta unos meses (o años, depende de la persona) hay etapas de duelo que son importantes transitar. Por lo general la persona que vive un divorcio pasa por varias etapas. La primera es cuando se encuentra en un estado de negación; pensando que todo está bien, posterior a esta etapa comienza a sentir pena o depresión frente a la ausencia del o la ex, después se apodera la culpa, rabia o ira, aceptando la realidad; y, por último, está la etapa de reconstrucción, es en esta última cuando la persona renace después del divorcio. Si bien no todas las personas pasan en este orden, todas sienten estas emociones y es preciso transitarlas.
Flores, menciona que las principales razones por las que una persona toma la firme decisión de divorciarse, es cuando siente que la monotonía ha ganado en su relación, la falta de apoyo en los sueños, visiones diferentes, insatisfacción, falta de pasión, atención, respeto, comunicación e infidelidad.
Además, comenta que, muchas veces no existen peleas, solo se ha dejado de trabajar en la relación de pareja, empezando a verse como amigos, y no como pareja. Por otro lado, están las personas que se dan cuenta que la pareja, no es la que pensaban que sería toda la vida, después de varios intentos, de analizar los pros y los contras (en especial si hay hijos) de intentar cambiar y ver que su pareja no hace nada diferente, se da cuenta que sólo o sola no puede sacar adelante la relación. Una vez que se convence de que quiere más de la vida y que puede lograrlo sólo o sola, no hay nada que lo/la detenga. En el caso de las mujeres, si es independiente económicamente, la decisión se toma en un corto período de tiempo.
La coach que acompaña a personas separadas o divorciadas, recalca que una vida plena después del divorcio si es posible, ya que el divorcio es una puerta de entrada para conectar con todo aquello que le hace feliz. Para muchas personas es una puerta al autoconocimiento, ya que se cuestionan la clase de persona, de pareja y relación que han tenido; en la mayoría de casos insatisfecha e infeliz, lo cual les lleva a tomar decisiones y acciones diferentes.
La plenitud después del divorcio depende exclusivamente de la persona y de lo que hace por ella misma para cambiar su historia. Para lograr esto, la coach comparte 10 recomendaciones valiosas para una vida plena después de atravesar un divorcio:
- Aceptar y sentir sus emociones sin juicios, y trabajar con los pensamientos, sin reprimirlos. Hay que entender que está pasando por una etapa de duelo y estas emociones y pensamientos son normales, no se van a quedar para siempre.
- Reconciliarse con el pasado y aprende de él.
- Conocerse nuevamente, ahora tiene tiempo para estar consigo mismo. Saber qué quiere, cómo, cuándo y en dónde lo quiere, sabiendo que es el/la dueña de su destino.
- Hacer cosas nuevas, algo que siempre ha deseado hacer. Es el momento ideal para conectar con los sueños y crear un plan para lograrlos
- Crear nuevos hábitos, rutinas y habilidades.
- Trabajar en la mentalidad y colocar límites sanos con las personas de su entorno
- Evitar conversaciones incómodas, donde hay queja, y comentarios mal intencionados.
- Crear un sistema de apoyo, con sus allegados, amigos, compañeros, comunidad.
- Pedir ayuda y enfrentar la situación de la mano de un especialista, coach, mentor o terapeuta, de esta forma no niega las emociones que son normales en este proceso.
- Darse el permiso de conocer nuevas personas y cerrar ciclos con las personas que ya no hacen parte de esta nueva etapa de su vida.
En el caso de que haya hijos, la experta menciona que las maneras más adecuadas para educar y criar a los hijos en dos hogares distintos, manteniendo el respeto y precautelando el bienestar de los niños son:
• Sanar el corazón y cerrar el ciclo como pareja.
• Soltar el control, no puede controlar lo que hace o deja de hacer la pareja
• Permitirles ver a los niños realidades diferentes, esto es saludables para ellos.
• Crear acuerdos claros, reglas específicas y limites sanos. Ahora que se han separado son padres, no pareja.
• Determinar los temas de conversación es crucial para una buena comunicación.
• No usar a los niños para entablar conversaciones. Son dos adultos que pueden hablar del tema, si se les hace difícil, crear un sistema de comunicación, los niños no son una opción.
• Conversar con los hijos para explicar que las nuevas dinámicas.
La coach, asevera que, comprendiendo estos puntos, las conversaciones con la ex pareja, los primeros meses deben ser exclusivamente por los hijos, deben tratar de no conversar sobre asuntos personales, ni intentar ser amigos. Colocar límites sanos evita que caigan en una relación tóxica de nunca acabar.
Para mayor información sobre el tema pueden acudir a la especialista en sus redes sociales: @aracelyfloresp o contactarse al número 0984969438.
